Porque podemos aprender de todos e de todas (a pesar de que os mesmos que nos enseñan unhas cousas poidan desaprendernos outras moi importantes), tomemos nota do que acerca dos libros e da lectura apunta Vargas Llosa no artigo do 2 de abril en El País, titulado "Un alto en el camino", do que entresacamos:
(...)
"Es difícil decir la inmensa felicidad y riqueza de sentimientos y de
fantasía que me han dado —que me siguen dando— los buenos libros que he
leído. Nada me apacigua más cuando estoy en ascuas o me levanta el
espíritu si me siento deprimido que una buena lectura (o relectura).
Todavía recuerdo la fascinación maravillada con que leí las novelas de
Faulkner, los cuentos de Borges y de Cortázar, el universo
chisporroteante de Tolstói, las aventuras y desventuras del Quijote, los
ensayos de Sartre y de Camus, y los de Edmund Wilson, sobre todo esa
obra maestra que es To the Finland Station que he leído de
principio a fin por lo menos tres veces. Lo mismo podría decir de las
sagas de Balzac, de Dickens, de Zola, de Dostoiesvki, y el difícil
desafío intelectual que fue poder llegar a gozar con Proust y con Joyce
(aunque nunca conseguí leer el indescifrable Finnegans Wake)".
(...)
"Quizás sea un poco optimista hablar del futuro cuando se cumplen ochenta
años. Me atrevo sin embargo a hacer un pronóstico sobre mí mismo; no sé
qué cosas me puedan ocurrir, pero de una sí estoy seguro: a menos de
volverme totalmente idiota, en lo que me quede de vida seguiré
empecinadamente leyendo y escribiendo hasta el final".
Que nunca se diga que somos prexuizosos/as, pero ben se ve que non coñece a literatura galega e que tampouco é capaz de nomear a García Márquez, nin siquera de morto.
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